domingo, 8 de marzo de 2009

Ahora que me siento más feliz que nunca, dejo uno de esos poemas que uno siempre guarda para su futuro hija o hijo, en este caso esperamos con más que ansias y precausión a Mathyas, gracias hijo porque a pesar de no tenerte entre mis brazos aun, no importa, porque ya te llevo tatuado en la piel...


Mathyas

Mathy porta los ojos rasgados de tanto amor,
su expresión
lleva ese don que hace ronronear los gatos
mientras se enroscan a nuestros sueños
y Dios le ha confiado su secreto
y le ha contado que nació al séptimo día de su descanso.

Mathy da uno
dos
tres pasos
en tanto que me acomoda en el mundo de sus juguetes
yo me acurruco en los poros de su sonrisa.

Mathy ríe sueña flota y por sus dedos brillan las luciérnagas
sin que lo intuya, con cada gracia construye mi historia



Mathy
por favor y hasta cuando me tendrás así...
ondulado en esta sala de espera...