Soy un zorro en tu madriguera
plateado, nervioso, cavando, pausadamente, como un columpio tenso en tu cuerpo
Soy un zorro negro en tu día blanco, en tu noche.
Zorra y zorro que se evaden y se entregan
a mordiscos, arañazos, rabiosamente, tendida, levantada, olorosa
como un desierto por donde voy con abundancia, por tu huerto de carne, tu fruta pelada, como un plátano en tu boca
que absorbes y miras como galaxias
que se incrustan en tu vientre
clavo y clavo, comiente, simiente, leche y barro
revuelto zorro ardido de metal penetrado en ti tanto
que al final acabo tuerto, triste y pútreo
(del Poemario Erótika de Klase, del genial Domingo Ramos)